Meditaciones cuaresmales: AYUNO
- On 12 de marzo de 2024
Cuarta de las meditaciones cuaresmales de la mano de los misioneros de Albacete.
“El ayuno que yo quiero, dice el Señor, es éste: compartirás tu pan con el hambriento, hospedarás a los pobres sin techo, vestirás al que veas desnudo y no te despreocuparás de tu hermano… si das tu pan al hambriento y sacias el estómago del necesitado, surgirá tu luz en las tinieblas, tu oscuridad se volverá mediodía”
(Isaías 58)
¿Es así nuestro ayuno? ¿O nos quedamos en puro cumpli-miento?…
Hay millones de personas en nuestro planeta tierra que AYUNAN todos los días, que no comen lo suficiente cada día. Que materialmente mueren de HAMBRE en un mundo que produce más alimentos de los que se necesitan para que todos podamos alimentarnos y vivir dignamente. Esto es un escándalo y una vergüenza permanente.
¡¡¡¡Cuánta comida en buen estado se tira a la basura!!!!! Se nos dice que casi un tercio de la comida va a la basura… ¿Qué hacemos nosotros?…
En el mundo así llamado “occidental” se gastan millones y millones en dietas de adelgazamiento para tener un físico como indican los cánones de la belleza… y se someten a AYUNOS que afectan a la salud de las personas.
Millones y millones de personas, que siguen en permanente AYUNO, porque carecen de los alimentos necesarios para vivir… y mueren de HAMBRE. No hacen dietas…
En este tiempo de cuaresma tenemos una nueva oportunidad que nos da el Señor para conocer, amar y seguir a Jesús, conociendo, meditando y viviendo su Evangelio, y así hacer realidad una sociedad más justa y solidaria. Tiempo de perdonar y pedir perdón. Afinar nuestros ojos y nuestros oídos para ver y escuchar a quienes viven a nuestro lado y a quienes están sufriendo por cualquier motivo, y hacer lo que esté en nuestras manos, para aliviar y quitar esos sufrimientos. Sentir el dolor de los demás, como propio. Sentir como hermanos a los migrantes, que buscan una vida digna, y que con su trabajo colaboran con el bienestar del país.
NUESTRO AYUNO: Quitar de nuestra DIETA todo egoísmo, soberbia y avaricia… y tener un corazón nuevo, lleno de bondad, ternura y solidaridad. Compartir y donar con generosidad, dentro de nuestras posibilidades, con OBRAS MISIONALES PONTIFICIAS, con Cáritas Parroquial, nuestro aporte en dinero. Ése es el ayuno que agrada al Señor.
P. Modesto Núñez, sacerdote, misionero de la OCSHA en Chile.